jueves, 13 de octubre de 2016

LA ENSEÑANZA DE LOS PRIMEROS AUXILIOS A ESCOLARES DE CUARTO A NOVENO GRADOS

Autores: Irayma Cazull Imbert, Aida Rodríguez Cabrera, Giselda Sanabria Ramos y Raul Heredia


Definición del problema:
En el mundo de hoy las enfermedades emergentes y reemergentes alcanzan gran magnitud, no obstante, en los países desarrollados y en aquellos donde se ha alcanzado un alto nivel en el sistema de atención de salud, entre los que se incluye Cuba, se aprecia la existencia de una transición epidemiológica. En estos países la principal causa de muerte no está dada por las enfermedades infectocontagiosas, sino por las enfermedades no transmisibles, ejemplos de ello son las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de muerte para todos los grupos de edades en muchos países del mundo y los traumatismos que se relacionan con la mayor cantidad de pérdidas de vidas para el adulto joven.
En Estados Unidos el trauma produce una mortalidad anual estimada en 140 000 personas, en gran parte menores de 45 años, otros 70 millones de personas sufren heridas y lesiones no fatales y 340 000 quedan incapacitados de por vida, a un costo anual de 200 millones de dólares. En Argentina provoca mayor impacto en la salud de la comunidad que el SIDA, el cáncer de mama y la meningitis. Aun cuando las enfermedades cardiovasculares y el cáncer se curen definitivamente, las muertes por causas traumáticas seguirán incrementándose por estar ligadas, muchas de ellas, al avance tecnológico.
En Cuba, los accidentes se encuentran entre las cinco primeras causas de muerte desde 0 hasta 64 años. Particularmente en niños mayores de un año de edad y en los adolescentes, constituye el principal motivo de fallecimiento. Se estima que por cada muerte por accidente del tránsito hay entre 10 y 15 heridos graves y de 30 a 40 heridos leves.
Durante los últimos años, muchos países del mundo han sufrido considerables pérdidas de vidas debido a los efectos de las inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, huracanes, accidentes en plantas petroquímicas, gasoductos, y guerras, entre otras.
El aumento de la expectativa de vida de la población implica una mayor incidencia de enfermedades no transmisibles propias de la vejez, y con ello aumenta la necesidad de que la población esté debidamente adiestrada para enfrentar situaciones de emergencia hasta tanto se disponga de ayuda profesional.
La disminución de la mortalidad por complicaciones agudas de las enfermedades no transmisibles constituye un reto para cualquier sistema de salud. Lo alcanzado hasta ahora, con la creación de las unidades de cuidados intensivos, el desarrollo de la industria farmacéutica, la introducción de nuevas tecnologías para el diagnóstico y el tratamiento del paciente gravemente enfermo, ha logrado reducir el índice de mortalidad hospitalaria. No obstante, en los últimos años, apenas ha influido en la mortalidad global, por cuanto no ha sido posible alcanzar aún la disminución de la mortalidad prehospitalaria.
El 50 % de las muertes por infarto agudo del miocardio ocurre en el domicilio o en la vía pública, o sea, antes de acceder a un centro asistencial. La tasa de sobrevida de estas personas asistidas en el medio extrahospitalario sigue siendo baja -inferior al 20 %- y sólo un pequeño porcentaje logra recuperarse sin secuelas y reincorporarse plenamente a la sociedad. El 60 % de las muertes por trauma ocurre en la etapa prehospitalaria. Por este motivo, la American Heart Association considera que “la comunidad es la primera unidad coronaria”. Para los autores es, además, la primera unidad de cuidados intensivos para las personas que sufren otras emergencias.
Las razones citadas denotan la importancia y la necesidad de un primer eslabón que actúe en el momento comprendido entre la ocurrencia del hecho y la asistencia inicial del sistema de emergencias, momento en el que es vital la capacitación y el entrenamiento en primeros auxilios de la población.
La interrelación eficaz de los testigos adiestrados (personas educadas y entrenadas en los objetivos y métodos de la atención prehospitalaria) y los servicios especializados, es vital para el tratamiento definitivo y exitoso de los pacientes. Es frecuente que por deficiencias en esta relación no se logre la activación inmediata del sistema de emergencia, el aporte de datos útiles para el diagnóstico de lesiones ocultas, la obtención de información relacionada con la cinemática del trauma, entre otros aspectos indispensables para la atención médica.
Existen situaciones en que la actuación correcta e inmediata de testigos es imprescindible para salvar una vida, por ello, las acciones de primeros auxilios deben ser acometidas de inmediato e in situ, hasta que pueda acudir el personal de rescate especializado.
La educación para la salud, como herramienta básica de la promoción de salud , y en particular la enseñanza de los primeros auxilios, debe tener lugar desde la niñez. La posibilidad de enseñar reanimación cardiopulmonar al público fue demostrada por Safar yLaerdal en 1958 y por Lind y Elam en 1961, posteriormente en los años 1966 y 1973 también fue señalada por Winchell y Berbelike respectivamente, quienes coinciden en que personas no profesionales son capaces de llevar a cabo respiración boca a boca y otras técnicas que permitien mantener con vida a la víctima hasta que llegara al lugar de los hechos el apoyo especializado.10 De igual forma, concuerdan en que estos procederes pueden enseñarse con eficacia a escolares de 10 a 11 años de edad con un riesgo casi nulo para su salud al tiempo que demuestran su potencial salvador.10
La importancia de comenzar desde edades tempranas parte del criterio de que el niño desde la enseñanza primaria puede adquirir los conocimientos y habilidades psicomotoras que le permitan, con reentrenamientos programados, desarrollar y conservar la habilidad de realización de los procederes que son vitales para su educación integral y que contribuye a la formación de valores, sentimientos, actitudes y conductas propias de la escuela y la sociedad cubana actual.16
La niñez es un período muy importante para fijar conocimientos y conductas que pueden adquirir un profundo sentido emocional sólo en esta etapa. De no ser configuradas en estos momentos, resultan mucho más difíciles de formar en otras etapas donde las necesidades del sujeto están orientadas a otras esferas más complejas de la vida, y resulta menos favorecida la estimulación de su sensibilidad en la dirección señalada.
En la actualidad, los docentes desconocen los aspectos elementales de los primeros auxilios, lo cual les imposibilita no sólo ayudar a alguien que lo necesite, sino también ofrecer adecuadamente estos contenidos a los alumnos, a pesar de mostrar, al igual que los escolares, interés para adquirir este conocimiento, a partir del reconocimiento de la necesidad e importancia del dominio de estas técnicas.
Como se puede apreciar, a la capacitación del mayor porcentaje de la población en primeros auxilios se le atribuye gran importancia y se considera que su integración en el proceso educativo desde la niñez, es una vía que puede constituir una solución factible de llevarse a cabo. En Cuba no se aprovechan suficientemente las posibilidades que brinda el sistema educacional y de salud del país, lo que trae consigo que se carezca de alternativas estructuradas que contribuyan a la adquisición de los conocimientos y habilidades necesarios en la Educación Primaria y Secundaria Básica, a pesar de ser esta una vía para la promoción y educación para la salud.
La propuesta de introducir la enseñanza de los primeros auxilios a los escolares en cuarto grado está en correspondencia con muchas de las necesidades del niño a esa edad.21 El estudio constituye su actividad fundamental, por lo que lo afrontan como algo serio y socialmente importante. Otra razón está en la alta significación de la organización de pioneros para los alumnos, lo que manifiestan al experimentar orgullo y aceptación de las nuevas tareas que la colectividad exige y orienta, cuestión que desarrolla su responsabilidad social, a lo que se añade la importancia cardinal del maestro22 en su educación, ya que constituye el “arbitro moral para todo y para todos”.
Por ello, este trabajo se ha propuesto dar respuesta al siguiente problema, ¿Cómo contribuir a perfeccionar la preparación en materia de primeros auxilios de los escolares de la Educación Básica?
La idea que se defiende es que un programa diseñado sobre la base de la situación social de desarrollo y de la concepción didáctica para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados, e insertado en el proceso pedagógico, mediante las actividades pioneriles y las clases, posibilitará que los alumnos se apropien de conocimientos, habilidades, valores y conductas responsables en relación con los primeros auxilios desde edades tempranas de la vida. EL programa que se propone constituye una respuesta a la necesidad de mejorar la calidad de los servicios en el ámbito prehospitalario y de disminuir las tasas de morbilidad y mortalidad por accidentes y enfermedades crónicas, y así contribuir, a largo plazo, a la disminución de los costos por hospitalización, tratamiento, rehabilitación, subsidios, y años de vida perdidos. Al mismo tiempo, contribuye a preparar a los escolares para la vida y a la elevación de la cultura general integral de la población.
La investigación transita por dos momentos: el primero de carácter descriptivo, dedicado a la identificación de necesidades de aprendizaje sobre primeros auxilios en escolares y docentes y otra experimental donde se exponen las experiencias con la introducción del programa propuesto.
Metodología:
En las diferentes etapas del proceso de investigación se emplearon los métodos y técnicas que se relacionan a continuación:
Identificación de necesidades de aprendizaje
  • Análisis documental, entrevistas, encuestas, criterios de expertos y análisis descriptivos.
Estructuración del programa
  • Análisis documental, modelación y enfoques sistémico.
Validación del programa
  • Triangulación de métodos, criterios de expertos, preexperimento y criterio de usuario.
Se aplicó además el análisis descriptivo e inferencial.
En esta investigación se tuvieron en cuenta los aspectos éticos relacionados con las investigaciones biomédicas24 y pedagógicas,25 tales como la autorización por el consejo científico y el comité de ética médica de la facultad de Ciencias Médicas, de la Dirección Municipal y Provincial de Educación de Guantánamo, además del consentimiento informado de maestros, padres o tutores de los escolares para participar en el estudio.
Población: 22 921 escolares de cuarto a noveno grados del municipio de Guantánamo, así como sus 1 201 maestros primarios y 1 805 profesores de Secundaria Básica.
Muestra: mediante un muestreo estratificado bietápico se escogieron 2 292 alumnos (274 de cuarto grado, 411 de quinto, 407 de sexto, 435 de séptimo, 385 de octavo y 380 de noveno grado) y 300 docentes de ambos niveles de educación.
Resultados:
La identificación de las necesidades de aprendizaje, como paso previo a la estructuración del programa para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados.
Se realizó la revisión bibliográfica y documental de diferentes propuestas metodológicas disponibles26-29 y se constató que, en general, todas coinciden en el punto de la indagación cognitiva que permite hacer evidentes las brechas, en el dominio de algún tema en cuestión, entre la realidad y el futuro deseable, que indica la presencia de discrepancias que generan una necesidad y hacen necesario el establecimiento de objetivos educativos y la búsqueda de alternativas de solución, lo que, al decir de David Leiva, se denomina “dónde debiéramos estar” y “dónde estamos”.
Una de las técnicas utilizada para la identificación de necesidades de aprendizaje fue la entrevista, aplicada con el objetivo de obtener criterios acerca de la necesidad y pertinencia del aprendizaje de los primeros auxilios en los niños y adolescentes, el papel de la escuela, de la organización de pioneros, de la Cruz Roja, de los centros de promoción y educación para la salud, del SIUM para introducir estos contenidos en estas edades, la disponibilidad de un material bibliográfico asequible, así como propuestas de formas para insertar estos temas.
Se realizó un estudio transversal descriptivo en centros educacionales del municipio de Guantánamo durante el curso escolar 1999-2000. Se utilizó un diseño muestral bietápico estratificado que usó como criterio de estratificación en los alumnos cada grado escolar (cuarto a noveno grados) y en los docentes el nivel de Educación (Primaria y Secundaria Básica). En la primera etapa se realizó una selección al azar de diez escuelas de cada nivel de educación. En la segunda, a partir de las escuelas seleccionadas y de manera proporcionada, se seleccionó una muestra equivalente al 10 % de la población de cada estrato de alumnos y docentes, mediante un muestreo aleatorio simple.
Para valorar la consistencia de los resultados generados por distintos métodos de recolección, analizados desde diferentes puntos de vista, se decidió hacer la validación mediante la triangulación metodológica36 con el uso del criterio de expertos Delphi, el experimento pedagógico y el criterio de usuarios.
El método Delphi se empleó para la validación de los fundamentos y la calidad del programa propuesto, para lo cual se seleccionaron 26 expertos del sector de la salud de seis provincias del país, capaces de ofrecer valoraciones conclusivas y recomendaciones en relación con la necesidad de la enseñanza de los primeros auxilios a la población y las posibilidades de disminuir con esto la morbilidad y mortalidad por enfermedades no transmisibles, la conveniencia de comenzar esta enseñanza desde edades tempranas, así como el papel de la escuela como la vía idónea para desarrollarla.
Para la experimentación se escogieron de manera intencional dos escuelas, “Fabio Rosell del Río” del nivel primario y del nivel secundario, la “Regino Eladio Boti Barreiro”, ambas del municipio de Guantánamo, de ellas un grupo de clase de cuarto, sexto y noveno grados con 31, 35 y 46 alumnos respectivamente, y 16 docentes incluidos el responsable de salud escolar y el guía base de cada centro educacional. Los alumnos, padres y docentes seleccionados ofrecieron su consentimiento para participar en el experimento.
Se seleccionaron los grados cuarto, sexto y noveno para las mediciones, pues se consideró que eran representantes del inicio (cuarto) y el final de la etapa escogida para la formación en primeros auxilios de los escolares (noveno). El sexto grado se tomó como nivel intermedio del período y a la vez como indicador del nivel de salida logrado en la educación primaria.
Para la realización del experimento pedagógico se cumplieron 4 etapas, las cuales se citan a continuación:
Etapa I: evaluación inicial de los conocimientos sobre primeros auxilios de docentes y alumnos (prueba de entrada).
En calidad de prueba de entrada, tanto a docentes como a alumnos se les aplicó un cuestionario con diez preguntas, relacionadas con los aspectos a tratar en el programa propuesto. A cada pregunta se le otorgó un máximo de diez puntos. La calificación final se obtuvo por la suma de las notas obtenidas en cada una de las preguntas.
Etapa II: valoración del comportamiento de los resultados de la superación a docentes (prueba de salida).
A los docentes se les impartió un curso de posgrado de 80 h, en el cual se abordaron los aspectos recogidos en el programa adjunto. Se les hizo entrega, en soporte electrónico e impreso, del Manual de Primeros Auxilios, del Programa y del Cuaderno de ejercicios y se debatieron en las actividades, según correspondieran, los cuentos y las propuestas del libro “Juega, colorea y aprende”. Se desarrolló, además, un taller sobre la aplicación de las técnicas de aprendizaje al contenido de primeros auxilios en las asignaturas del grado.
Al finalizar la superación de los docentes, se procedió a evaluarlos sobre los distintos procederes mediante un examen teórico-práctico.
La validez de los resultados de la prueba de salida aplicada a los docentes fue valorada por dos vías:
  • Se realizó una comparación estadística de los resultados logrados antes de la implementación del programa, con los obtenidos después de haberlo impartido, para lo cual se aplicó la prueba t–Student para grupos relacionados, previa comprobación de la normalidad en la distribución de los datos mediante la prueba de Kolmogórov-Smírnov.
  • Los resultados de la prueba de salida se contrastaron contra un valor fijo, para ello se utilizó también la dócima
    t-student para una sola muestra. La calificación final obtenida se consideró válida si su valor era igual o mayor a 80 puntos y la media de cada pregunta se comparó con el valor de 8 puntos, puntuaciones que se correspondieron con la mediana de las notas de aprobado en la Educación Básica.
Se escogió la t-Student por tratarse de una variable métrica que se distribuye normalmente y por la factibilidad de aplicación de esta prueba a muestras de cualquier tamaño, ya sean independientes o relacionadas.
Etapa III: evaluación de la factibilidad de que los docentes impartan los temas de primeros auxilios (evaluación de las clases).
Una vez logrado el nivel de preparación previa de los docentes para impartir los temas concernientes de los primeros auxilios a los alumnos, se procedió a evaluar la calidad de las clases que impartían.
La observación realizada fue no participante y estructurada, basada en la guía de observación y en la que fueron utilizadas diferentes dimensiones. Cada dimensión fue evaluada en Bien, Regular y Mal. Las categorías de la variable se establecieron bajo los siguientes principios: Bien (B): cualquier combinación donde la B sea mayoritaria, pero que no tenga ninguna M; Mal (M): cualquier combinación donde la M sea mayoritaria, también se incluye la combinación de tres R con dos M; Regular (R): el resto de las combinaciones.
Etapa IV: evaluación del aprendizaje sobre primeros auxilios en los alumnos (prueba de salida).
Se realizó un examen teórico-práctico a los alumnos sobre los contenidos de primeros auxilios, en el que se utilizó para su calificación la misma metodología que se aplicó para los docentes, ya explicada con anterioridad.
Diseño del programa para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados
La clasificación de mortalidad prehospitalaria por trauma según criterio de evitabilidad, que se propuso, fue aprobada por el consenso de los expertos. Su aplicación en la provincia de Guantánamo en una década34 permitió determinar, entre otros aspectos, que las causas de muerte que con mayor frecuencia pueden ser evitadas por testigos adiestrados son el tórax batiente, la lesión de vasos de los miembros inferiores y superiores y el neumotórax abierto y que las causas de muerte que predominantemente pueden ser evitadas por personal del SIUM son la contusión cerebral severa, el hemoneumotórax y la hemorragia subaracnoidea grado III-IV de la escala de Hunt.
Esta investigación contribuyó no sólo a confirmar la necesidad del fortalecimiento de la interrelación entre el testigo adiestrado y el sistema de emergencias médicas con el propósito de disminuir la mortalidad por trauma en la etapa prehospitalaria, sino también, a partir de sus resultados se obtuvieron temas que deben incluirse en el sistema de conocimientos del programa de primeros auxilios, por constituir causas de muertes en las que la actuación del socorrista puede evitar que la defunción ocurra.
Los resultados de las entrevistas a docentes, directivos de educación, funcionarios del SIUM, promoción y educación para la salud, Cruz Roja Cubana y Organización de Pioneros “José Martí”, mostraron la unanimidad de criterios al considerar necesario y posible que los alumnos conozcan qué hacer en situaciones de emergencia, partiendo del criterio de que la vía idónea para ello es la escuela. Existió acuerdo al plantear la inexistencia de documentación actualizada al alcance de los docentes y los escolares en esta temática, así como la repercusión social y económica que trae aparejado la capacitación masiva de los trabajadores de educación y de los alumnos de ambos niveles de educación.
En el estudio realizado en centros educacionales de la provincia de Guantánamo, se encontró que la totalidad de los escolares desea tener conocimientos de socorrismo para aplicarlos en caso de emergencia. Al evaluar el grado de conocimiento de los escolares de cuarto grado, en todas las situaciones planteadas, predominaron los que consideraban que no sabían qué conducta asumir. Igual comportamiento ocurrió en quinto grado, aunque mejoró el porcentaje de las respuestas catalogadas como regular en relación con el control del sangramiento (23,5 %), mordeduras (18,4 %) y picadas (15,8 %), lo que se atribuyó a la influencia de la organización de pioneros que aborda estos temas.
En sexto grado, excepto en la conducta para controlar la hemorragia (42,8 %), la mayoría ignoraba qué hacer ante las situaciones de emergencia planteadas. Ninguna de las respuestas de los alumnos que consideraron tener conocimiento sobre las condiciones planteadas, fue evaluada de Bien.
Es llamativo que sólo el 0,7; 1,2 y 2,5 % de los escolares de sexto grado pudo responder algún elemento considerado como aceptado sobre el manejo del trauma de columna vertebral, la reanimación cardiopulmonar y las prioridades de atención y traslado que permitió incluirlo dentro de la categoría Regular. El resto de la muestra (99,3; 98,8, 97,5 %, respectivamente) no tenía conocimientos mínimos en relación con estas emergencias.
Los resultados en séptimo grado, reafirmaron que existe un gran desconocimiento en relación con los primeros auxilios. “Se mantiene el control de la hemorragia” como la única situación en la que no predominó los que desconocían qué hacer. No existieron diferencias respecto al octavo grado, tanto en la autovaloración del desconocimiento para actuar ante las situaciones planteadas, como en cuanto a los resultados obtenidos en las preguntas de prioridades de atención y traslado (1,6 %) y trauma raquimedular (1,6 %).
Situación similar se encontró al evaluar el grado de conocimiento sobre el tema en cuestión en los alumnos de noveno grado, aunque los resultados cuantitativos fueron ligeramente mayores. En dos de las situaciones planteadas existieron alumnos con respuestas catalogadas de Bien, 2(0,5 %) en lo relacionado con reanimación cardiopulmonar y 5 (1,3 %) en el traslado de pacientes con trauma en la columna vertebral lo cual se debió a que pertenecían a círculos de interés afines.
Los escolares de todos los grados desconocían cómo realizar la evaluación inicial del lesionado y qué conducta asumir ante un paciente en shock o una persona inconsciente.
Al evaluar el grado de conocimiento de los docentes, excepto en la conducta a seguir ante el sangramiento (20 %), las prioridades de atención y traslado (47,5 %) y el desmayo (46,2 %), la mayoría de los encuestados reconocieron no tener conocimientos sobre los aspectos que se les interrogaron. No obstante, es importante señalar que entre los que consideraban tener conocimientos sobre el tema en cuestión predominaron las respuestas evaluadas de Regular y Mal.
Con este nivel de conocimiento de los docentes no puede la escuela transmir los elementos de primeros auxilios necesarios y suficientes para que los alumnos actúen en caso de emergencia. Se hace necesaria su superación, valorando además, que el 100 % de ellos considera necesario que los alumnos aprendan qué hacer para auxiliar a una persona que tiene en peligro su vida.

El programa se estructuró de modo que al concluir la Educación Primaria, los alumnos han recibido los temas necesarios para asumir conductas adecuadas ante las principales causas de mortalidad extrahospitalaria, aspectos que serán sistematizados, profundizados e integrados en la Secundaria.

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