jueves, 13 de octubre de 2016

LA ACTITUD DE LOS PROFESORES DE EDUCACIÓN PRIMARIA ANTE LOS PRIMEROS AUXILIOS

MARÍA GUADALUPE ALDRETE RODRÍGUEZ, MÓNICA MIRELES LANDÁZURI,  PATRICIA MENDOZA ROAF, CAROLINA ARANDA BELTRÁN



PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Al momento de presentarse un accidente, la atención que se brinde tanto en el lugar de ocurrencia como en el traslado a los servicios de urgencia debe ser oportuna y eficiente. Por lo tanto se deben conocer los primeros auxilios, aparte de conocerlo y saber aplicarlo, muchas veces los profesores de educación primaria no manifiestan actitudes positivas hacia los primeros auxilios, habiendo muy poca congruencia entre el querer y el hacer.
Si tomamos en cuenta que en el ciclo escolar 96/97 el total de alumnos inscritos en el nivel primaria en el estado de Jalisco fue de 969,278 en 5,884 escuelas (Estadísticas Educativas del Estado de Jalisco, 1997:61-63),7 y que los alumnos permanecen en promedio cinco horas diarias durante 200 días de un ciclo escolar, estos números nos hablan de la importancia de este sitio como lugar de ocurrencia de accidentes y de la ganancia en conocimientos y prevención que se podría lograr si se implementaran acciones tendientes a que la comunidad escolar estuviese consciente de los riesgos que puede enfrentar, por un lado, y por otro estar preparada para actuar en caso de una emergencia.
Es así que al maestro le corresponde desarrollar y llevar a cabo estas acciones; si éste manifiesta una actitud favorable hacia los primeros auxilios y su conducta refleja esta disponibilidad para emprender acciones en favor de la prevención, entonces se podrá lograr la cultura de protección y auxilio que toda persona desde temprana edad debería tener como parte de su acervo cultural y de esta forma mitigar el dolor o sus efectos, así como promover medidas preventivas para que se reduzcan los accidentes, especialmente en los niños. Esto es posible si se cuenta con los conocimientos, las oportunidades y la voluntad de hacerlo, lo que como consecuencia llevará a adoptar un estilo de vida sano.


INSTRUMENTOS Y METODOLOGÍA
Se realizó un estudio descriptivo, observacional y transversal en un grupo de docentes que laboraba en escuelas primarias oficiales y privadas de la Zona Escolar 85, del Sector Educativo Núm. 16. Por medio de un muestreo aleatorio simple se seleccionó al 50 por ciento de los maestros que trabajaban frente a grupo tanto en el turno matutino como en el vespertino.
Se construyeron los instrumentos de captación de datos y se realizó una prueba piloto con maestros del municipio de Colotlán, pero que laboraban en el subsistema federal.
La captación de los datos se efectuó utilizando dos instrumentos, uno fue una encuesta de opinión para conocer las actitudes de los maestros en cuanto a los primeros auxilios, considerando tres componentes: cognoscitivo, afectivo y conativo. Dicha encuesta se basó en la escala de Likert o escala de puntos sumativos, en la cual se utilizaron cinco opciones de respuesta, se les pidió a los maestros que indicaran el grado en que concordaban o discordaban con la opinión expresada en los reactivos, seleccionando una sola alternativa. Las opciones de respuesta fueron las siguientes: “total desacuerdo”, “desacuerdo”, “ni de acuerdo-ni en desacuerdo”, “de acuerdo” y “total acuerdo” (Polit, 1991:249).
 A cada respuesta se le asignó un número del uno al cinco; cuando la respuesta presentaba la actitud favorable, la puntuación asignada fue de cinco puntos para “total acuerdo” y un punto para “total desacuerdo”.
Las categorías analizadas en estos reactivos fueron: la escuela como institución que promueve aprendizajes relacionados con la prevención de accidentes y primeros auxilios, los accidentes en los ni- ños, la prevención de accidentes, formas de transmitir conocimientos sobre primeros auxilios, acciones ante determinadas eventualidades que se pueden presentar en los niños.
Las respuestas de los ítems que conformaron cada categoría se sumaron identificando el componente de las actitudes (cognoscitivo, afectivo y connotativo). Se desarrolló una escala para determinar el grado de favorabilidad de las actitudes hacia los primeros auxilios de acuerdo con la suma de las respuestas obtenidas en la encuesta de opinión con relación al puntaje esperado, quedando de la siguiente manera:

El otro instrumento fue un formulario que se utilizó en una entrevista estructurada con el fin de identificar causas y consecuencias de los accidentes más frecuentes en el ámbito escolar, acciones que realizó el profesor frente a un evento, recursos con los que cuenta para actuar ante un accidente, capacitación recibida en esta área, así como los datos sociodemográficos del profesor.
Para determinar el grado de congruencia entre lo que el maestro está dispuesto hacer y lo que realmente hace, se realizó una escala igual que la anterior utilizando los enunciados declarativos de bloque del componente conativo de la encuesta de opinión y las acciones que realiza el profesor y que fueron expresadas en la entrevista.
 Se estableció que la predisposición a la acción y la conducta son congruentes cuando más del 50 por ciento de las evidencias coincidían con la respuesta obtenida en la encuesta de opinión. Si existía congruencia se le asignaba un valor de uno y si no existía congruencia se le asignaba el valor de cero. La captura y análisis de la información se realizó utilizando el programa Epi info 6.


RESULTADOS
La muestra quedó constituida por 57 profesores, cuyas edades oscilaron entre 23 y 60 años, con un promedio de 35.2 años, siendo 50.8 por ciento del sexo femenino y el resto masculino, el tiempo de servicio mínimo como docentes fue de un año y el máximo de 35, con un promedio de 17.2 años.
En cuanto a la escolaridad de los profesores, se encontró que 42.1 por ciento de los encuestados había cursado Normal Elemental, y sólo 14 por ciento la licenciatura (ver cuadro 1).
El 19.2 por ciento de los maestros atendía el sexto grado y el resto se distribuyó equitativamente en los cinco grados restantes. La cantidad de alumnos en cada grupo fluctuó de 14 a 55, con un promedio de 31 estudiantes.
Otro dato analizado fue la asistencia a cursos de capacitación; se encontró que 56.1 por ciento de los docentes nunca había asistido a cursos de primeros auxilios, 28 por ciento sí los había tomado dentro de la Secretaría de Educación, a través del programa Seguridad y Emergencia Escolar, el resto había recibido esta capacitación mediante instituciones de salud o de emergencia como Cruz Roja.
Respecto a los resultados obtenidos que se vinculan específicamente con el tema que nos ocupa, los datos se organizaron en tres momentos, uno relacionado con los componentes de las actitudes, otro con la actitud en general y que nos da el grado de favorabilidad, y el tercer apartado fue el análisis del grado de congruencia entre el componente conativo de la actitud y la conducta del profesor. Podemos decir que de la muestra que conformaron estos docentes ninguno manifestó actitudes poco favorables ante los primeros auxilios.
 En el análisis particular de los elementos que conforman las actitudes podemos expresar lo siguiente: encontramos que de los trece reactivos que en la encuesta de opinión conformaban el componente cognoscitivo y en el que las respuestas fluctuaban de “totalmente de acuerdo” hasta “total desacuerdo”, se esperaba un total de 1,300 puntos, de los cuales se alcanzaron sólo 836, que equivale a 64.3 por ciento, lo que los ubica en un grado de favorabilidad medio en la escala utilizada.
En cuanto al componente afectivo de la actitud, se trabajó con nueve reactivos de los que en suma se esperaba 900 puntos y sólo se obtuvieron 645, que por el procedimiento de razones y proporciones equivale a un porcentaje de 80.7, con lo cual se ubica en un grado de favorabilidad alto.
Al analizar el resultado del componente conativo se esperaba un total de 900 puntos y se obtuvieron 547, logrando un porcentaje de 68.4, el cual al ubicarlo en la escala refleja un grado de favorabilidad alto. Una vez obtenidos estos puntajes, se buscó hacer la suma de los tres componentes que conforman las actitudes. De esta forma se registraron 2,030 puntos de 2,900 puntos esperados, lo que equivale a 71.3 por ciento y al ubicarlos en la escala tenemos un grado de favorabilidad alto (ver cuadro 2).
Para cumplir con otro objetivo planteado en la investigación, que fue darnos cuenta de la congruencia que existe entre la disposición a la acción y la acción misma, se tomó en cuenta el componente conativo de la actitud y las acciones emprendidas por los profesores en favor de los primeros auxilios. Se hablaría de que hay congruencia cuando más del 50 por ciento de las evidencias en las respuestas coincidieran con las acciones realizadas y encontramos esta coincidencia en 44 por ciento de los profesores, que al compararlo con la escala resulta un grado de congruencia medio.
Otro análisis realizado con más detalle determinó los conocimientos que posee el docente en relación con algunas acciones concretas ante ciertos eventos, tomados éstos de la encuesta de opinión y de la entrevista, para lo cual se seleccionaron seis reactivos: qué hacer ante una herida, atención ante una convulsión, atención ante un atragantamiento, atención de una fractura, atención de una herida con objeto incrustado y material necesario en un botiquín escolar. La suma de respuestas correctas sería de 600 puntos, pero los docentes sólo sumaron 232, que presentado en porcentaje sería de 38.7 por ciento, lo que nos habla de conocimientos inadecuados para brindar un primer auxilio en caso de presentarse algún accidente de los mencionados.
En cuanto a la frecuencia de presentación de eventos que requirieron brindar una atención de urgencia, en el cien por ciento de los planteles donde laboran los docentes participantes en la investigación los niños habían sufrido accidentes: 40.3 por ciento de los profesores manifestó que se habían presentado más de seis en el ciclo escolar 96/97, teniendo como causas las prácticas inseguras del alumno; como consecuencia de éstas, 45.3 por ciento de los casos fueron heridas las presentadas con mayor frecuencia, siendo el docente quien atendió estas urgencias, y sólo el 22.8 por ciento de los maestros manifestó que a los niños accidentados se les trasladó a una unidad de urgencias como la Cruz Roja (ver cuadro 3).
 Por otra parte, acerca de los recursos con los que cuenta la escuela para atender a un niño accidentado, el 20 por ciento de los maestros manifestó que en sus escuelas no cuentan con un botiquín escolar; y en las que sí lo tienen, en el 50 por ciento de los casos contiene material inadecuado, es decir, medicamentos, material de sutura o sustancias no adecuadas para ser utilizadas en los niños.





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