MARÍA GUADALUPE ALDRETE RODRÍGUEZ, MÓNICA MIRELES LANDÁZURI, PATRICIA MENDOZA ROAF, CAROLINA ARANDA BELTRÁN
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Al momento de presentarse
un accidente, la atención que se brinde tanto en el lugar de ocurrencia como en
el traslado a los servicios de urgencia debe ser oportuna y eficiente. Por lo
tanto se deben conocer los primeros auxilios, aparte de conocerlo y saber
aplicarlo, muchas veces los profesores de educación primaria no manifiestan
actitudes positivas hacia los primeros auxilios, habiendo muy poca congruencia
entre el querer y el hacer.
Si tomamos en
cuenta que en el ciclo escolar 96/97 el total de alumnos inscritos en el nivel
primaria en el estado de Jalisco fue de 969,278 en 5,884 escuelas (Estadísticas
Educativas del Estado de Jalisco, 1997:61-63),7 y que los alumnos permanecen en
promedio cinco horas diarias durante 200 días de un ciclo escolar, estos
números nos hablan de la importancia de este sitio como lugar de ocurrencia de
accidentes y de la ganancia en conocimientos y prevención que se podría lograr
si se implementaran acciones tendientes a que la comunidad escolar estuviese
consciente de los riesgos que puede enfrentar, por un lado, y por otro estar
preparada para actuar en caso de una emergencia.
Es así que al
maestro le corresponde desarrollar y llevar a cabo estas acciones; si éste
manifiesta una actitud favorable hacia los primeros auxilios y su conducta
refleja esta disponibilidad para emprender acciones en favor de la prevención,
entonces se podrá lograr la cultura de protección y auxilio que toda persona
desde temprana edad debería tener como parte de su acervo cultural y de esta
forma mitigar el dolor o sus efectos, así como promover medidas preventivas
para que se reduzcan los accidentes, especialmente en los niños. Esto es
posible si se cuenta con los conocimientos, las oportunidades y la voluntad de
hacerlo, lo que como consecuencia llevará a adoptar un estilo de vida sano.
INSTRUMENTOS Y METODOLOGÍA
Se realizó un
estudio descriptivo, observacional y transversal en un grupo de docentes que
laboraba en escuelas primarias oficiales y privadas de la Zona Escolar 85, del
Sector Educativo Núm. 16. Por medio de un muestreo aleatorio simple se
seleccionó al 50 por ciento de los maestros que trabajaban frente a grupo tanto
en el turno matutino como en el vespertino.
Se construyeron
los instrumentos de captación de datos y se realizó una prueba piloto con
maestros del municipio de Colotlán, pero que laboraban en el subsistema
federal.
La captación de
los datos se efectuó utilizando dos instrumentos, uno fue una encuesta de
opinión para conocer las actitudes de los maestros en cuanto a los primeros
auxilios, considerando tres componentes: cognoscitivo, afectivo y conativo.
Dicha encuesta se basó en la escala de Likert o escala de puntos sumativos, en
la cual se utilizaron cinco opciones de respuesta, se les pidió a los maestros
que indicaran el grado en que concordaban o discordaban con la opinión
expresada en los reactivos, seleccionando una sola alternativa. Las opciones de
respuesta fueron las siguientes: “total desacuerdo”, “desacuerdo”, “ni de
acuerdo-ni en desacuerdo”, “de acuerdo” y “total acuerdo” (Polit, 1991:249).
A cada respuesta se le asignó un número del
uno al cinco; cuando la respuesta presentaba la actitud favorable, la
puntuación asignada fue de cinco puntos para “total acuerdo” y un punto para
“total desacuerdo”.
Las categorías
analizadas en estos reactivos fueron: la escuela como institución que promueve
aprendizajes relacionados con la prevención de accidentes y primeros auxilios,
los accidentes en los ni- ños, la prevención de accidentes, formas de
transmitir conocimientos sobre primeros auxilios, acciones ante determinadas
eventualidades que se pueden presentar en los niños.
Las respuestas
de los ítems que conformaron cada categoría se sumaron identificando el
componente de las actitudes (cognoscitivo, afectivo y connotativo). Se
desarrolló una escala para determinar el grado de favorabilidad de las
actitudes hacia los primeros auxilios de acuerdo con la suma de las respuestas
obtenidas en la encuesta de opinión con relación al puntaje esperado, quedando
de la siguiente manera:
El otro
instrumento fue un formulario que se utilizó en una entrevista estructurada con
el fin de identificar causas y consecuencias de los accidentes más frecuentes
en el ámbito escolar, acciones que realizó el profesor frente a un evento,
recursos con los que cuenta para actuar ante un accidente, capacitación
recibida en esta área, así como los datos sociodemográficos del profesor.
Para determinar
el grado de congruencia entre lo que el maestro está dispuesto hacer y lo que
realmente hace, se realizó una escala igual que la anterior utilizando los
enunciados declarativos de bloque del componente conativo de la encuesta de
opinión y las acciones que realiza el profesor y que fueron expresadas en la
entrevista.
Se estableció que la predisposición a la
acción y la conducta son congruentes cuando más del 50 por ciento de las
evidencias coincidían con la respuesta obtenida en la encuesta de opinión. Si
existía congruencia se le asignaba un valor de uno y si no existía congruencia
se le asignaba el valor de cero. La captura y análisis de la información se
realizó utilizando el programa Epi info 6.
RESULTADOS
La muestra quedó
constituida por 57 profesores, cuyas edades oscilaron entre 23 y 60 años, con
un promedio de 35.2 años, siendo 50.8 por ciento del sexo femenino y el resto
masculino, el tiempo de servicio mínimo como docentes fue de un año y el máximo
de 35, con un promedio de 17.2 años.
En cuanto a la
escolaridad de los profesores, se encontró que 42.1 por ciento de los
encuestados había cursado Normal Elemental, y sólo 14 por ciento la
licenciatura (ver cuadro 1).
El 19.2 por
ciento de los maestros atendía el sexto grado y el resto se distribuyó
equitativamente en los cinco grados restantes. La cantidad de alumnos en cada
grupo fluctuó de 14 a 55, con un promedio de 31 estudiantes.
Otro dato
analizado fue la asistencia a cursos de capacitación; se encontró que 56.1 por
ciento de los docentes nunca había asistido a cursos de primeros auxilios, 28
por ciento sí los había tomado dentro de la Secretaría de Educación, a través
del programa Seguridad y Emergencia Escolar, el resto había recibido esta
capacitación mediante instituciones de salud o de emergencia como Cruz Roja.
Respecto a los
resultados obtenidos que se vinculan específicamente con el tema que nos ocupa,
los datos se organizaron en tres momentos, uno relacionado con los componentes
de las actitudes, otro con la actitud en general y que nos da el grado de
favorabilidad, y el tercer apartado fue el análisis del grado de congruencia
entre el componente conativo de la actitud y la conducta del profesor. Podemos
decir que de la muestra que conformaron estos docentes ninguno manifestó
actitudes poco favorables ante los primeros auxilios.
En el análisis particular de los elementos que
conforman las actitudes podemos expresar lo siguiente: encontramos que de los
trece reactivos que en la encuesta de opinión conformaban el componente
cognoscitivo y en el que las respuestas fluctuaban de “totalmente de acuerdo” hasta
“total desacuerdo”, se esperaba un total de 1,300 puntos, de los cuales se
alcanzaron sólo 836, que equivale a 64.3 por ciento, lo que los ubica en un
grado de favorabilidad medio en la escala utilizada.
En cuanto al
componente afectivo de la actitud, se trabajó con nueve reactivos de los que en
suma se esperaba 900 puntos y sólo se obtuvieron 645, que por el procedimiento
de razones y proporciones equivale a un porcentaje de 80.7, con lo cual se
ubica en un grado de favorabilidad alto.
Al analizar el
resultado del componente conativo se esperaba un total de 900 puntos y se
obtuvieron 547, logrando un porcentaje de 68.4, el cual al ubicarlo en la
escala refleja un grado de favorabilidad alto. Una vez obtenidos estos
puntajes, se buscó hacer la suma de los tres componentes que conforman las
actitudes. De esta forma se registraron 2,030 puntos de 2,900 puntos esperados,
lo que equivale a 71.3 por ciento y al ubicarlos en la escala tenemos un grado
de favorabilidad alto (ver cuadro 2).
Para cumplir con
otro objetivo planteado en la investigación, que fue darnos cuenta de la
congruencia que existe entre la disposición a la acción y la acción misma, se
tomó en cuenta el componente conativo de la actitud y las acciones emprendidas
por los profesores en favor de los primeros auxilios. Se hablaría de que hay
congruencia cuando más del 50 por ciento de las evidencias en las respuestas
coincidieran con las acciones realizadas y encontramos esta coincidencia en 44
por ciento de los profesores, que al compararlo con la escala resulta un grado
de congruencia medio.
Otro análisis
realizado con más detalle determinó los conocimientos que posee el docente en
relación con algunas acciones concretas ante ciertos eventos, tomados éstos de
la encuesta de opinión y de la entrevista, para lo cual se seleccionaron seis
reactivos: qué hacer ante una herida, atención ante una convulsión, atención
ante un atragantamiento, atención de una fractura, atención de una herida con
objeto incrustado y material necesario en un botiquín escolar. La suma de
respuestas correctas sería de 600 puntos, pero los docentes sólo sumaron 232,
que presentado en porcentaje sería de 38.7 por ciento, lo que nos habla de
conocimientos inadecuados para brindar un primer auxilio en caso de presentarse
algún accidente de los mencionados.
En cuanto a la
frecuencia de presentación de eventos que requirieron brindar una atención de
urgencia, en el cien por ciento de los planteles donde laboran los docentes
participantes en la investigación los niños habían sufrido accidentes: 40.3 por
ciento de los profesores manifestó que se habían presentado más de seis en el
ciclo escolar 96/97, teniendo como causas las prácticas inseguras del alumno;
como consecuencia de éstas, 45.3 por ciento de los casos fueron heridas las
presentadas con mayor frecuencia, siendo el docente quien atendió estas
urgencias, y sólo el 22.8 por ciento de los maestros manifestó que a los niños
accidentados se les trasladó a una unidad de urgencias como la Cruz Roja (ver
cuadro 3).
Por otra parte, acerca de los recursos con los
que cuenta la escuela para atender a un niño accidentado, el 20 por ciento de
los maestros manifestó que en sus escuelas no cuentan con un botiquín escolar;
y en las que sí lo tienen, en el 50 por ciento de los casos contiene material
inadecuado, es decir, medicamentos, material de sutura o sustancias no
adecuadas para ser utilizadas en los niños.
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