jueves, 13 de octubre de 2016

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA




Los primeros auxilios, son medidas terapéuticas urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios para evitar la muerte hasta que se consigue asistencia médica.
Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.
Se considera de gran importancia, para todas aquellas personas que integran la comunidad educativa, de las Instituciones educativas, es decir, directivos, personal administrativo, personal de limpieza, educadores, otros profesionales de distintas áreas (Sociólogo, Psicólogo, Psicopedagogos, Trabajadores Sociales, etc.), entre otros. Tener conocimientos básicos de primeros auxilios y tomarle la importancia a esta problemática, puesto que la inversión en educación en salud sobre emergencias escolares es importante, ya que al presentarse un accidente en el ambiente escolar, la atención que se brinde en los primeros minutos del incidente es esencial para la supervivencia y recuperación satisfactoria y su calidad de vida.
En las escuelas primarias es común que sucedan accidentes entre los alumnos dados que se encuentran en constante movimiento y expuestos a distintos circunstancias que los ponen en peligro, por más precauciones que se tengan. En ocasiones no es fruto de un juego sino por algún padecimiento de enfermedad. En ambas se presentan situaciones en las que necesitan atención inmediata. Por este motivo, y para evitar tragos amargos, es de gran utilidad que los docentes sepan cómo actuar en caso de que esos momentos angustiosos se presenten, pues deben conservar la calma y la cordura para ayudar a los accidentados con rapidez y efectividad, en vez de alarmarlos o complicar más la situación.
En el grupo de 3 “A” de la escuela primaria "Rafaela Rodríguez", se rescató como problema central el descuido del tema de la salud y prevención de accidentes, por parte del maestro y personal educativo. Se presentaron desde golpes y moretones, hasta desmayos de los mismos alumnos. Nuestros estudiantes son un grupo de riesgo propenso a los accidentes por varios motivos: la hiperactividad propia de su edad, debida al desajuste hormonal, el gusto por desafiar las normas y buscar los límites ya sea para autoafirmarse o probar ante los demás su valía, o la curiosidad, que en ocasiones conlleva meterse de lleno en situaciones peligrosas, consumir drogas, etc., a menudo los niños y adolescentes no prevén las consecuencias de sus acciones, ello ocasiona que su sentido del peligro sea distorsionado y asuman riesgos innecesarios
Por lo que surge la necesidad de implementar una cultura de prevención a través de la cual los niños estén protegidos.
De igual forma, se pretende que cada maestro de grupo reciba cursos o capacitaciones que certifique la preparación para el enfrentamiento de este tipo de situaciones. Es donde, a partir de esta problemática, se espera que los resultados reflejen la importancia del conocimiento básico de primeros auxilios por el personal docente.


¿CÓMO ENSEÑAR PRIMEROS AUXILIOS A NIÑOS Y ADOLESCENTES?

Dra. Irayma Cazull Imbert
 Dr C. Raúl Hernández Heredia
Dra C. Aida Rodríguez Cabrera
 Dra C. Giselda Sanabria Ramos

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

En el mundo de hoy, en los países desarrollados y en aquellos donde se ha alcanzado un alto nivel en el sistema de atención de salud, entre los que se incluye Cuba, se evidencian la existencia de una transición epidemiológica, expresada porque la principal causa de muerte está dada por las enfermedades no transmisibles. Ejemplos de ello son las afecciones cardíacas que constituyen la primera causa de muerte en muchos países y dentro ella, la enfermedad coronaria alcanza actualmente proporciones epidémicas. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, “es responsable de la tercera parte de las muertes de varones de 45-54 años en los países occidentales, y de 4 de cada 10 varones si se tienen en cuenta todos los grupos de edades. La creación de unidades coronarias ha contribuido a reducir el índice de mortalidad hospitalaria, especialmente las muertes por arritmia, no obstante, apenas ha influido en la mortalidad global, ya que el 60% de las muertes por infarto son precoces y se producen fuera del hospital”. Los traumatismos, por otra parte, se relacionan con la mayor cantidad de pérdidas de vidas para el adulto joven.
En Cuba, los accidentes se encuentran entre las cinco primeras causas de muerte desde 0 hasta 64 años. Particularmente en niños mayores de un año de edad y adolescentes constituye el principal motivo de fallecimiento. Se estima que por cada muerte por accidente del tránsito hay entre 10 y 15 heridos graves y de 30 a 40 heridos leves. La educación de la población en los principios básicos del socorrismo tiene un demostrado impacto sobre la morbilidad y mortalidad de las enfermedades no transmisibles.
En la actualidad, para obtener importantes mejoras en los indicadores de salud es necesario fortalecer la atención pre hospitalaria y dentro de ella la comunidad, en el afán de prepararla para actuar responsablemente en la preservación de la salud individual y colectiva en situaciones de emergencia. Las razones anteriormente citadas denotan la importancia y la necesidad de un primer eslabón que actúe en el momento comprendido entre la ocurrencia del hecho y la asistencia inicial del sistema de emergencias, momento en el que es vital la capacitación y el entrenamiento en primeros auxilios de la población. Las experiencias internacionales (Seattle, Pittsburgh y Bélgica), han demostrado que la utilización de socorristas voluntarios reporta buenos resultados en la disminución de la letalidad cuando existe 1 de cada 5 personas bien capacitadas y se considera óptimo y oportuno si 2 de cada 6 personas están correctamente adiestradas. La Educación para la Salud, y en particular la enseñanza de los primeros auxilios, debe tener lugar desde la niñez. “La posibilidad de enseñar reanimación cardiopulmonar al público fue demostrada por Safar y Laerdal, Lind, Elam, Winchell, Berbelike, los cuales coincidieron en que personas no profesionales eran capaces de llevar a cabo respiración boca a boca y otras técnicas que permitieran mantener con vida a la víctima hasta que llegara al lugar de los hechos el apoyo especializado”5 . De igual forma, concordaron en que estos procederes pueden enseñarse con eficacia a escolares de 10 a 11 años de edad y demostraron su potencial salvador.
 La importancia de comenzar desde edades tempranas parte del criterio de que el niño desde la enseñanza primaria puede adquirir los conocimientos y habilidades psicomotoras que le permitan, con reentrenamientos programados, desarrollar y conservar la habilidad de realización de los procederes que son vitales para su educación integral y que contribuye a la formación de valores, sentimientos, actitudes y conductas propias de la escuela y la sociedad cubana actual.
La niñez es un período muy importante para fijar conocimientos y conductas que pueden adquirir un profundo sentido emocional sólo en esta etapa. En 1990, Peter Safar planteó: "En el futuro, las escuelas deberán jugar un papel fundamental en la expansión al público en general de los conocimientos y experiencias en primeros auxilios y reanimación básica". En Cuba se dan las condiciones propicias para lograr esto, no obstante, la temática de los primeros auxilios no está concebida dentro del Programa de Promoción y Educación para la Salud ni en el Programa Director en el Sistema Nacional de Educación cubano.
 Mediante el Movimiento de Pioneros Exploradores se abordan algunos elementos, pero no se contemplan los principios básicos del socorrismo necesarios para la prevención y el manejo de las principales causas de muerte durante estas edades. En el presente trabajo se muestra cómo los autores proponen que se acometa en Cuba la enseñanza de los primeros auxilios a los niños y adolescentes.

METODOLOGÍA

Para lograr mayor calidad en las actividades, uniformidad en la información y actualización en los temas, se propone que exista una atención directa del Sistema Integrado de Urgencias Médicas en la superación y reentrenamientos programados a los asesores provinciales y municipales de la organización pioneril, apoyados en el programa propuesto y en los medios de enseñanza diseñados para este fin. Se mantiene lo establecido por la organización de pioneros en cuanto a que sean éstos los que capaciten a los guías base de pioneros de cada centro escolar.
El guía base debe auxiliarse de las orientaciones metodológicas y del Manual de Primeros Auxilios, para transmitir el contenido a los guías de los destacamentos, quienes también tendrán acceso a los materiales de consulta citados anteriormente. Se propone que esta capacitación a los docentes se base predominantemente en la realización de entrenamientos metodológicos conjuntos.
Con vistas a la preparación de los futuros egresados de los Institutos Superiores Pedagógicos, se sugiere el perfeccionamiento de la enseñanza de los primeros auxilios en la asignatura de Preparación del País para la Defensa. Los profesionales del sector salud vinculados a los centros educacionales, deben contribuir al enriquecimiento, esclarecimiento o profundización de algún aspecto que escape de las posibilidades del guía base o los guías de destacamentos.
También deben participar en las acciones de salud hacia la familia y comunidad que serán rectoradas por el personal docente y apoyar las investigaciones de los escolares sobre estos temas, lo cual fortalece la intersectorialdad para lograr resultados favorables.
El guía del destacamento para la enseñanza a los escolares utilizará las actividades pioneriles (capacitación pioneril, acampadas, excursión y campismo) y las potencialidades que existen en los contenidos de la vía curricular. Entre las vías para introducir en la familia y la comunidad los contenidos del programa están la realización de las sesiones de educación familiar, el “Consejo de Escuela”, con las “Brigadas de Madres Combatientes por la Educación”; las audiencias sanitarias y las charlas educativas, con el apoyo de las organizaciones políticas y de masas como los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, el Poder Popular, en las que deberán participar activamente alumnos y personal docente.


RESULTADOS
La escuela es la mejor vía para acometer la enseñanza de los primeros auxilios a los niños y adolescentes, debido al carácter uniforme, sistemático, planificado, organizado y controlado de la educación escolarizada, así como por el papel del maestro como figura rectora del proceso enseñanza – aprendizaje, la posibilidad de interrelacionar los objetivos y el funcionamiento del grupo escolar, de la organización de pioneros, de las actividades docentes y extradocentes y de transmitir conocimientos de esta temática a la familia y a la comunidad.
 En los escolares de 4to a 9no grados existen las condiciones objetivas y subjetivas, tanto en lo cognitivo – instrumental, como en lo motivacional – afectivo necesarias y suficientes para garantizar el aprendizaje de los primeros auxilios, afianzar sentimientos, convicciones y valores, así como lograr conductas responsables ante situaciones de emergencia presentes y futuras.

El programa diseñado se basan en una concepción que se resume en la aplicación de las invariantes del método clínico a la enseñanza de los primeros auxilios, en general, y a los niños y adolescentes, en particular, el uso de técnicas de aprendizaje elaboradas y re-elaboradas en función de esta temática, así como el diseño de medios de enseñanza para utilizarlos de forma armónica con otras alternativas didácticas en el interrogatorio de la víctima, examen físico, diagnóstico y conducta, útiles para las actividades de enseñanza, consolidación y evaluación.

EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN PRIMEROS AUXILIOS DIRIGIDA AL PERSONAL DOCENTE DEL ÁMBITO ESCOLAR

R. Alba Martín


DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
El centro escolar es un lugar donde se producen accidentes derivados principalmente de la práctica de actividad física y deportiva, y estos presentan una frecuencia elevada; 3.7 millones de niños americanos (5-19 años)  sufren cada año lesiones importantes en el colegio, lo que supone un 16.5% de todas las visitas anuales a los centros médicos de urgencia. Por otro lado, datos actuales indican que los programas escolares dan lugar a un aumento de conocimientos sobre seguridad en los niños.  Así, publicaciones hechas en países como Cuba y Brasil han reportado que la relación salud educación debe ser una estrategia siempre exitosa, no solo para generar nuevos procesos de participación ciudadana en el desarrollo de estilos de vida saludables, sino también porque es importante para la reducción de riesgos de enfermar y morir.
 Es primordial el apoyo a las comunidades, para que con procesos de formación sean autónomas en la resolución de sus principales necesidades sanitarias. Los accidentes en los centros escolares son frecuentes, siendo el deporte escolar la mayor causa de accidentes dentro del centro educativo. Estos accidentes pueden prevenirse y provienen principalmente de 3 actividades relacionadas con la práctica de la actividad física:
1) el juego en el recreo
2) la clase de educación física
 3) las actividades deportivas extraescolares.
El profesor de educación física es, normalmente, el encargado de coordinar estas actividades en el centro, por lo que es el docente que tiene una mayor probabilidad de que, en su presencia, suceda algún accidente y deba de realizar una intervención en primeros auxilios. Al respecto, diferentes estudios nos indican que el porcentaje de lesiones ocurridas en clase de educación física respecto al total del centro educativo varía entre el 17.5% y el 23%.
 Los accidentes infantiles conllevan un coste muy elevado en el consumo de servicios sanitarios y sus secuelas, pero muy pocos recursos se destinan a su prevención.
En un centro educativo los accidentes más comunes que pueden producirse son: caídas, choques y colisiones, cortes, daños musculares, quemaduras, pinchazos, heridas, hemorragias, atragantamientos o asfixias, intoxicaciones y electrocuciones. El lugar donde podemos encontrar mayor número de niños es en un centro educativo. Gran cantidad de profesores, padres y alumnos pasan a diario por uno de estos centros, así que el docente puede verse involucrado en situaciones de peligro o accidente que precisan una asistencia primaria y básica para tratar de salvar la vida de la persona afectada, de ahí la importancia de que el docente sea formado en técnicas innovadoras y efectivas sobre primeros auxilios, ya que el personal sanitario cualificado difícilmente se encuentra cerca del centro educativo en el que sucedió el accidente.
 En enfermería familiar y comunitaria la educación para la salud es una de las actividades asistenciales más importantes, por lo que se consideró importante valorar los conocimientos que poseía el personal docente en materia de primeros auxilios de un centro escolar. Así, el objetivo establecido fue: Valorar el incremento del conocimiento en primeros auxilios de los docentes de la institución educativa elegida, posterior a una intervención educativa.




METODOLOGÍA
Se realizó un estudio cuasiexperimental, para evaluar el efecto de una intervención educativa a docentes de un colegio de la provincia de Córdoba. La institución de educación primaria escogida es de carácter público, ubicada en una zona urbana. Dicha institución de enseñanza ˜ cuenta con un equipo educativo compuesto por 23 docentes, que imparten las distintas asignaturas y algunos además forman parte del equipo directivo.
Se incluyeron en el estudio todos los docentes que voluntariamente quisieron participar en él y asistieron a las 3 fases presenciales: 1.a, cuestionario pre (1-2 h); 2.a, intervención educativa teórico-práctica durante una semana (en total 5 sesiones de lunes a viernes, con duración de 4 h/día), y 3.a, cuestionario post (1-2 h de duración). Se elaboró un cuestionario diseñado «ad hoc», que incluye datos sociodemográficos referidos a la edad, sexo, lugar de nacimiento y residencia, estado civil, número de hijos y datos sobre el conocimiento en primeros auxilios. Para recoger la información sobre el conocimiento de los docentes en primeros auxilios se diseñó un test de 14 preguntas de opción múltiple con tan solo una respuesta correcta, que los docentes podían responder en 15 min. La consistencia interna se comprobó a través del alfa de Cronbach (valor de alfa 0.89).
Las dimensiones de las temáticas consideradas en el cuestionario fueron: Sesión 1.a: Presentación. Introducción a los primeros auxilios (Definición); Contenidos mínimos de un botiquín (RD: 486/1997).
Sesión 2.a: Conceptualización de accidentabilidad en el trabajo; Accidentes más frecuentes (parte i): quemaduras, heridas, contusiones.
Sesión 3.a: Accidentes más frecuentes (parte ii): lipotimia, fracturas, caídas; Normas generales en primeros auxilios (Principios PAS, PLS-Posición Sims). Sesión 4.a: Cura de heridas (Actuación); Funcionamiento del desfibrilador externo automático.
Sesión 5.a: Dudas y aclaraciones. Repaso. Despedida y cierre. El primer paso para comenzar este trabajo comienza con una revisión bibliográfica en diversas bases de datos, con el propósito de buscar información sobre el tema tratado; para la búsqueda se utilizan principalmente 2 palabras clave: primeros auxilios y educación para la salud.
Una vez sintetizada y analizada la información mínima a adquirir en revisión por pares expertos, se recogen los contenidos esenciales de aprendizaje en el cuestionario (explicándolos en presentación power point).
Tras contactar con el colegio elegido y aportar la documentación necesaria para realizar dicho estudio, y una vez obtenido su consentimiento, se acuerdan junto al equipo educativo las fechas más apropiadas para todas las partes implicadas, en las que se llevarán a cabo las distintas sesiones. Se recoge información sobre el tema tratado antes y después de la intervención educativa, mediante el cuestionario auto administrado. Se interviene en un solo grupo, formado por 15 profesores del total de 23 que trabajan en el colegio, que acuden a las sesiones educativas de forma voluntaria.
La intervención educativa trata de dotar a los docentes de unos conocimientos básicos sobre los tipos de accidentes o situaciones de urgencia y emergencia que pueden encontrar en el ámbito escolar y las actuaciones que deben realizar ante los mismos.
En la 1.a fase se explicaron los motivos de la intervención de manera general para no sesgar el estudio y se hizo entrega del cuestionario. Motivo: indagar sobre los conocimientos previos del profesorado.
En la 2.a fase: Sesiones teórico-prácticas durante una semana sobre conocimientos básicos en primeros auxilios, dudas y aclaraciones al respecto. Finalmente, en la 3.a fase, se aplicó el mismo examen para su cumplimentación (pos intervención educativa). Los datos obtenidos se recogieron en una base de datos Excel en 3 hojas de cálculo (variables sociodemográficas, información recogida antes y después de la intervención, así como la información de los aciertos en cada una de las preguntas del test). Para el procesamiento de la información se utilizó el programa estadístico SPPS 18.0; para evaluar las diferencias entre las calificaciones pre- y pos intervención se utilizó la prueba Wilcoxon de rangos.



RESULTADOS
El grupo experimental de este estudio estaba formado por 15 docentes. Se excluyeron 4 por falta de asistencia a la última de las 3 sesiones. Cabe señalar  que hubo un especial interés por parte del equipo educativo (78.9%), ya que las personas que asistieron a las sesiones educativas lo hicieron de forma voluntaria.



Las características del grupo experimental se presentan en la tabla 1: Del total de 15 docentes, el 33.3% son hombres y el 66.7% mujeres. Con un rango de edad comprendido entre 32-58 años,  una media de 48 años y una moda de 49 años. El estado civil de la totalidad del grupo es casado/a.
La media del tiempo trabajado es de 23.4 años  y la moda de 36 años. El 46.7% de la muestra ha recibido previamente algún tipo de información sobre primeros auxilios. El 100% de los docentes sabe cuál es la definición de primeros auxilios antes de recibir las sesiones educativas, que coincide con la pregunta número 1, pero esta es la única que sufre un descenso en el porcentaje de aciertos tras recibir las sesiones educativas.
Descenso que podemos atribuir a confusión, pues solo una persona contesta erróneamente. Por el contrario, los docentes tienen conceptos erróneos sobre cómo curar heridas (por ejemplo, utilizar alcohol para la cura de heridas) y desconocen el funcionamiento del desfibrilador externo automático, cuestiones que coinciden con las preguntas 6 y 14, las cuales aumentan considerablemente tras la intervención llegando a un 93.3% y a un 73.3% respectivamente. En las demás preguntas también se puede observar incremento en los conocimientos tras la intervención. Podemos afirmar que los hombres poseían más conocimientos antes de la intervención. Pero tras esta, las mujeres han adquirido mejor la información transmitida, pues la diferencia entre los aciertos antes y después de la intervención es un 5.7% superior en mujeres. Generalmente todos los participantes aumentan su conocimiento tras la intervención, aunque unos más que otros.
Antes de la intervención hay 8 participantes que se encuentran por debajo de la media del porcentaje de aciertos, pero esta cifra disminuye tras la intervención puesto que solo hay 6 personas por debajo de la media del porcentaje de aciertos. Hay que destacar el considerable aumento de la media del porcentaje de aciertos en 5 de los participantes, pues llegan a alcanzar cifras entre 38.6-71.4% de diferencia entre el antes y el después de la intervención, diferencia tan acentuada que deja al resto de los participantes por debajo de la media.
Asimismo, podemos afirmar que el participante número 10 es el que menos ha aprendido de la intervención puesto que poseía escasos conocimientos antes y solo ha obtenido una diferencia de la media de porcentaje de aciertos de un 14.3%. Por el contrario, el participante número 13 es el que más ha aprendido de la intervención puesto que poseía escasos conocimientos antes, pero estos han aumentado muy considerablemente, obteniendo una diferencia de 71.4%. Cabe destacar que mínimamente las personas en el rango inferior a 49 años tienen más conocimientos sobre primeros auxilios, así como los que tienen hijos, viven en la capital y los que han recibido información previa sobre este tema. Analizando detenidamente los datos obtenidos, podemos afirmar que la media del porcentaje de aciertos de la encuesta que se cumplimentó antes de la intervención educativa es de un 38.6% quedando 8 de los participantes por debajo de esta media. Por el contrario, la media del porcentaje de aciertos de la encuesta que se cumplimentó después de la intervención educativa es de un 76.2% quedan 6 de los participantes por debajo de la media. La diferencia entre la media antes y después de la intervención educativa es notable, de un 37.6%, y con base en esto puede plantearse que la intervención educativa ha sido efectiva puesto que hay un incremento significativo del conocimiento de los primeros auxilios (prueba de Wilcoxon con p < 0.05).

LA ENSEÑANZA DE LOS PRIMEROS AUXILIOS A ESCOLARES DE CUARTO A NOVENO GRADOS

Autores: Irayma Cazull Imbert, Aida Rodríguez Cabrera, Giselda Sanabria Ramos y Raul Heredia


Definición del problema:
En el mundo de hoy las enfermedades emergentes y reemergentes alcanzan gran magnitud, no obstante, en los países desarrollados y en aquellos donde se ha alcanzado un alto nivel en el sistema de atención de salud, entre los que se incluye Cuba, se aprecia la existencia de una transición epidemiológica. En estos países la principal causa de muerte no está dada por las enfermedades infectocontagiosas, sino por las enfermedades no transmisibles, ejemplos de ello son las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de muerte para todos los grupos de edades en muchos países del mundo y los traumatismos que se relacionan con la mayor cantidad de pérdidas de vidas para el adulto joven.
En Estados Unidos el trauma produce una mortalidad anual estimada en 140 000 personas, en gran parte menores de 45 años, otros 70 millones de personas sufren heridas y lesiones no fatales y 340 000 quedan incapacitados de por vida, a un costo anual de 200 millones de dólares. En Argentina provoca mayor impacto en la salud de la comunidad que el SIDA, el cáncer de mama y la meningitis. Aun cuando las enfermedades cardiovasculares y el cáncer se curen definitivamente, las muertes por causas traumáticas seguirán incrementándose por estar ligadas, muchas de ellas, al avance tecnológico.
En Cuba, los accidentes se encuentran entre las cinco primeras causas de muerte desde 0 hasta 64 años. Particularmente en niños mayores de un año de edad y en los adolescentes, constituye el principal motivo de fallecimiento. Se estima que por cada muerte por accidente del tránsito hay entre 10 y 15 heridos graves y de 30 a 40 heridos leves.
Durante los últimos años, muchos países del mundo han sufrido considerables pérdidas de vidas debido a los efectos de las inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, huracanes, accidentes en plantas petroquímicas, gasoductos, y guerras, entre otras.
El aumento de la expectativa de vida de la población implica una mayor incidencia de enfermedades no transmisibles propias de la vejez, y con ello aumenta la necesidad de que la población esté debidamente adiestrada para enfrentar situaciones de emergencia hasta tanto se disponga de ayuda profesional.
La disminución de la mortalidad por complicaciones agudas de las enfermedades no transmisibles constituye un reto para cualquier sistema de salud. Lo alcanzado hasta ahora, con la creación de las unidades de cuidados intensivos, el desarrollo de la industria farmacéutica, la introducción de nuevas tecnologías para el diagnóstico y el tratamiento del paciente gravemente enfermo, ha logrado reducir el índice de mortalidad hospitalaria. No obstante, en los últimos años, apenas ha influido en la mortalidad global, por cuanto no ha sido posible alcanzar aún la disminución de la mortalidad prehospitalaria.
El 50 % de las muertes por infarto agudo del miocardio ocurre en el domicilio o en la vía pública, o sea, antes de acceder a un centro asistencial. La tasa de sobrevida de estas personas asistidas en el medio extrahospitalario sigue siendo baja -inferior al 20 %- y sólo un pequeño porcentaje logra recuperarse sin secuelas y reincorporarse plenamente a la sociedad. El 60 % de las muertes por trauma ocurre en la etapa prehospitalaria. Por este motivo, la American Heart Association considera que “la comunidad es la primera unidad coronaria”. Para los autores es, además, la primera unidad de cuidados intensivos para las personas que sufren otras emergencias.
Las razones citadas denotan la importancia y la necesidad de un primer eslabón que actúe en el momento comprendido entre la ocurrencia del hecho y la asistencia inicial del sistema de emergencias, momento en el que es vital la capacitación y el entrenamiento en primeros auxilios de la población.
La interrelación eficaz de los testigos adiestrados (personas educadas y entrenadas en los objetivos y métodos de la atención prehospitalaria) y los servicios especializados, es vital para el tratamiento definitivo y exitoso de los pacientes. Es frecuente que por deficiencias en esta relación no se logre la activación inmediata del sistema de emergencia, el aporte de datos útiles para el diagnóstico de lesiones ocultas, la obtención de información relacionada con la cinemática del trauma, entre otros aspectos indispensables para la atención médica.
Existen situaciones en que la actuación correcta e inmediata de testigos es imprescindible para salvar una vida, por ello, las acciones de primeros auxilios deben ser acometidas de inmediato e in situ, hasta que pueda acudir el personal de rescate especializado.
La educación para la salud, como herramienta básica de la promoción de salud , y en particular la enseñanza de los primeros auxilios, debe tener lugar desde la niñez. La posibilidad de enseñar reanimación cardiopulmonar al público fue demostrada por Safar yLaerdal en 1958 y por Lind y Elam en 1961, posteriormente en los años 1966 y 1973 también fue señalada por Winchell y Berbelike respectivamente, quienes coinciden en que personas no profesionales son capaces de llevar a cabo respiración boca a boca y otras técnicas que permitien mantener con vida a la víctima hasta que llegara al lugar de los hechos el apoyo especializado.10 De igual forma, concuerdan en que estos procederes pueden enseñarse con eficacia a escolares de 10 a 11 años de edad con un riesgo casi nulo para su salud al tiempo que demuestran su potencial salvador.10
La importancia de comenzar desde edades tempranas parte del criterio de que el niño desde la enseñanza primaria puede adquirir los conocimientos y habilidades psicomotoras que le permitan, con reentrenamientos programados, desarrollar y conservar la habilidad de realización de los procederes que son vitales para su educación integral y que contribuye a la formación de valores, sentimientos, actitudes y conductas propias de la escuela y la sociedad cubana actual.16
La niñez es un período muy importante para fijar conocimientos y conductas que pueden adquirir un profundo sentido emocional sólo en esta etapa. De no ser configuradas en estos momentos, resultan mucho más difíciles de formar en otras etapas donde las necesidades del sujeto están orientadas a otras esferas más complejas de la vida, y resulta menos favorecida la estimulación de su sensibilidad en la dirección señalada.
En la actualidad, los docentes desconocen los aspectos elementales de los primeros auxilios, lo cual les imposibilita no sólo ayudar a alguien que lo necesite, sino también ofrecer adecuadamente estos contenidos a los alumnos, a pesar de mostrar, al igual que los escolares, interés para adquirir este conocimiento, a partir del reconocimiento de la necesidad e importancia del dominio de estas técnicas.
Como se puede apreciar, a la capacitación del mayor porcentaje de la población en primeros auxilios se le atribuye gran importancia y se considera que su integración en el proceso educativo desde la niñez, es una vía que puede constituir una solución factible de llevarse a cabo. En Cuba no se aprovechan suficientemente las posibilidades que brinda el sistema educacional y de salud del país, lo que trae consigo que se carezca de alternativas estructuradas que contribuyan a la adquisición de los conocimientos y habilidades necesarios en la Educación Primaria y Secundaria Básica, a pesar de ser esta una vía para la promoción y educación para la salud.
La propuesta de introducir la enseñanza de los primeros auxilios a los escolares en cuarto grado está en correspondencia con muchas de las necesidades del niño a esa edad.21 El estudio constituye su actividad fundamental, por lo que lo afrontan como algo serio y socialmente importante. Otra razón está en la alta significación de la organización de pioneros para los alumnos, lo que manifiestan al experimentar orgullo y aceptación de las nuevas tareas que la colectividad exige y orienta, cuestión que desarrolla su responsabilidad social, a lo que se añade la importancia cardinal del maestro22 en su educación, ya que constituye el “arbitro moral para todo y para todos”.
Por ello, este trabajo se ha propuesto dar respuesta al siguiente problema, ¿Cómo contribuir a perfeccionar la preparación en materia de primeros auxilios de los escolares de la Educación Básica?
La idea que se defiende es que un programa diseñado sobre la base de la situación social de desarrollo y de la concepción didáctica para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados, e insertado en el proceso pedagógico, mediante las actividades pioneriles y las clases, posibilitará que los alumnos se apropien de conocimientos, habilidades, valores y conductas responsables en relación con los primeros auxilios desde edades tempranas de la vida. EL programa que se propone constituye una respuesta a la necesidad de mejorar la calidad de los servicios en el ámbito prehospitalario y de disminuir las tasas de morbilidad y mortalidad por accidentes y enfermedades crónicas, y así contribuir, a largo plazo, a la disminución de los costos por hospitalización, tratamiento, rehabilitación, subsidios, y años de vida perdidos. Al mismo tiempo, contribuye a preparar a los escolares para la vida y a la elevación de la cultura general integral de la población.
La investigación transita por dos momentos: el primero de carácter descriptivo, dedicado a la identificación de necesidades de aprendizaje sobre primeros auxilios en escolares y docentes y otra experimental donde se exponen las experiencias con la introducción del programa propuesto.
Metodología:
En las diferentes etapas del proceso de investigación se emplearon los métodos y técnicas que se relacionan a continuación:
Identificación de necesidades de aprendizaje
  • Análisis documental, entrevistas, encuestas, criterios de expertos y análisis descriptivos.
Estructuración del programa
  • Análisis documental, modelación y enfoques sistémico.
Validación del programa
  • Triangulación de métodos, criterios de expertos, preexperimento y criterio de usuario.
Se aplicó además el análisis descriptivo e inferencial.
En esta investigación se tuvieron en cuenta los aspectos éticos relacionados con las investigaciones biomédicas24 y pedagógicas,25 tales como la autorización por el consejo científico y el comité de ética médica de la facultad de Ciencias Médicas, de la Dirección Municipal y Provincial de Educación de Guantánamo, además del consentimiento informado de maestros, padres o tutores de los escolares para participar en el estudio.
Población: 22 921 escolares de cuarto a noveno grados del municipio de Guantánamo, así como sus 1 201 maestros primarios y 1 805 profesores de Secundaria Básica.
Muestra: mediante un muestreo estratificado bietápico se escogieron 2 292 alumnos (274 de cuarto grado, 411 de quinto, 407 de sexto, 435 de séptimo, 385 de octavo y 380 de noveno grado) y 300 docentes de ambos niveles de educación.
Resultados:
La identificación de las necesidades de aprendizaje, como paso previo a la estructuración del programa para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados.
Se realizó la revisión bibliográfica y documental de diferentes propuestas metodológicas disponibles26-29 y se constató que, en general, todas coinciden en el punto de la indagación cognitiva que permite hacer evidentes las brechas, en el dominio de algún tema en cuestión, entre la realidad y el futuro deseable, que indica la presencia de discrepancias que generan una necesidad y hacen necesario el establecimiento de objetivos educativos y la búsqueda de alternativas de solución, lo que, al decir de David Leiva, se denomina “dónde debiéramos estar” y “dónde estamos”.
Una de las técnicas utilizada para la identificación de necesidades de aprendizaje fue la entrevista, aplicada con el objetivo de obtener criterios acerca de la necesidad y pertinencia del aprendizaje de los primeros auxilios en los niños y adolescentes, el papel de la escuela, de la organización de pioneros, de la Cruz Roja, de los centros de promoción y educación para la salud, del SIUM para introducir estos contenidos en estas edades, la disponibilidad de un material bibliográfico asequible, así como propuestas de formas para insertar estos temas.
Se realizó un estudio transversal descriptivo en centros educacionales del municipio de Guantánamo durante el curso escolar 1999-2000. Se utilizó un diseño muestral bietápico estratificado que usó como criterio de estratificación en los alumnos cada grado escolar (cuarto a noveno grados) y en los docentes el nivel de Educación (Primaria y Secundaria Básica). En la primera etapa se realizó una selección al azar de diez escuelas de cada nivel de educación. En la segunda, a partir de las escuelas seleccionadas y de manera proporcionada, se seleccionó una muestra equivalente al 10 % de la población de cada estrato de alumnos y docentes, mediante un muestreo aleatorio simple.
Para valorar la consistencia de los resultados generados por distintos métodos de recolección, analizados desde diferentes puntos de vista, se decidió hacer la validación mediante la triangulación metodológica36 con el uso del criterio de expertos Delphi, el experimento pedagógico y el criterio de usuarios.
El método Delphi se empleó para la validación de los fundamentos y la calidad del programa propuesto, para lo cual se seleccionaron 26 expertos del sector de la salud de seis provincias del país, capaces de ofrecer valoraciones conclusivas y recomendaciones en relación con la necesidad de la enseñanza de los primeros auxilios a la población y las posibilidades de disminuir con esto la morbilidad y mortalidad por enfermedades no transmisibles, la conveniencia de comenzar esta enseñanza desde edades tempranas, así como el papel de la escuela como la vía idónea para desarrollarla.
Para la experimentación se escogieron de manera intencional dos escuelas, “Fabio Rosell del Río” del nivel primario y del nivel secundario, la “Regino Eladio Boti Barreiro”, ambas del municipio de Guantánamo, de ellas un grupo de clase de cuarto, sexto y noveno grados con 31, 35 y 46 alumnos respectivamente, y 16 docentes incluidos el responsable de salud escolar y el guía base de cada centro educacional. Los alumnos, padres y docentes seleccionados ofrecieron su consentimiento para participar en el experimento.
Se seleccionaron los grados cuarto, sexto y noveno para las mediciones, pues se consideró que eran representantes del inicio (cuarto) y el final de la etapa escogida para la formación en primeros auxilios de los escolares (noveno). El sexto grado se tomó como nivel intermedio del período y a la vez como indicador del nivel de salida logrado en la educación primaria.
Para la realización del experimento pedagógico se cumplieron 4 etapas, las cuales se citan a continuación:
Etapa I: evaluación inicial de los conocimientos sobre primeros auxilios de docentes y alumnos (prueba de entrada).
En calidad de prueba de entrada, tanto a docentes como a alumnos se les aplicó un cuestionario con diez preguntas, relacionadas con los aspectos a tratar en el programa propuesto. A cada pregunta se le otorgó un máximo de diez puntos. La calificación final se obtuvo por la suma de las notas obtenidas en cada una de las preguntas.
Etapa II: valoración del comportamiento de los resultados de la superación a docentes (prueba de salida).
A los docentes se les impartió un curso de posgrado de 80 h, en el cual se abordaron los aspectos recogidos en el programa adjunto. Se les hizo entrega, en soporte electrónico e impreso, del Manual de Primeros Auxilios, del Programa y del Cuaderno de ejercicios y se debatieron en las actividades, según correspondieran, los cuentos y las propuestas del libro “Juega, colorea y aprende”. Se desarrolló, además, un taller sobre la aplicación de las técnicas de aprendizaje al contenido de primeros auxilios en las asignaturas del grado.
Al finalizar la superación de los docentes, se procedió a evaluarlos sobre los distintos procederes mediante un examen teórico-práctico.
La validez de los resultados de la prueba de salida aplicada a los docentes fue valorada por dos vías:
  • Se realizó una comparación estadística de los resultados logrados antes de la implementación del programa, con los obtenidos después de haberlo impartido, para lo cual se aplicó la prueba t–Student para grupos relacionados, previa comprobación de la normalidad en la distribución de los datos mediante la prueba de Kolmogórov-Smírnov.
  • Los resultados de la prueba de salida se contrastaron contra un valor fijo, para ello se utilizó también la dócima
    t-student para una sola muestra. La calificación final obtenida se consideró válida si su valor era igual o mayor a 80 puntos y la media de cada pregunta se comparó con el valor de 8 puntos, puntuaciones que se correspondieron con la mediana de las notas de aprobado en la Educación Básica.
Se escogió la t-Student por tratarse de una variable métrica que se distribuye normalmente y por la factibilidad de aplicación de esta prueba a muestras de cualquier tamaño, ya sean independientes o relacionadas.
Etapa III: evaluación de la factibilidad de que los docentes impartan los temas de primeros auxilios (evaluación de las clases).
Una vez logrado el nivel de preparación previa de los docentes para impartir los temas concernientes de los primeros auxilios a los alumnos, se procedió a evaluar la calidad de las clases que impartían.
La observación realizada fue no participante y estructurada, basada en la guía de observación y en la que fueron utilizadas diferentes dimensiones. Cada dimensión fue evaluada en Bien, Regular y Mal. Las categorías de la variable se establecieron bajo los siguientes principios: Bien (B): cualquier combinación donde la B sea mayoritaria, pero que no tenga ninguna M; Mal (M): cualquier combinación donde la M sea mayoritaria, también se incluye la combinación de tres R con dos M; Regular (R): el resto de las combinaciones.
Etapa IV: evaluación del aprendizaje sobre primeros auxilios en los alumnos (prueba de salida).
Se realizó un examen teórico-práctico a los alumnos sobre los contenidos de primeros auxilios, en el que se utilizó para su calificación la misma metodología que se aplicó para los docentes, ya explicada con anterioridad.
Diseño del programa para la enseñanza de los primeros auxilios a escolares de cuarto a noveno grados
La clasificación de mortalidad prehospitalaria por trauma según criterio de evitabilidad, que se propuso, fue aprobada por el consenso de los expertos. Su aplicación en la provincia de Guantánamo en una década34 permitió determinar, entre otros aspectos, que las causas de muerte que con mayor frecuencia pueden ser evitadas por testigos adiestrados son el tórax batiente, la lesión de vasos de los miembros inferiores y superiores y el neumotórax abierto y que las causas de muerte que predominantemente pueden ser evitadas por personal del SIUM son la contusión cerebral severa, el hemoneumotórax y la hemorragia subaracnoidea grado III-IV de la escala de Hunt.
Esta investigación contribuyó no sólo a confirmar la necesidad del fortalecimiento de la interrelación entre el testigo adiestrado y el sistema de emergencias médicas con el propósito de disminuir la mortalidad por trauma en la etapa prehospitalaria, sino también, a partir de sus resultados se obtuvieron temas que deben incluirse en el sistema de conocimientos del programa de primeros auxilios, por constituir causas de muertes en las que la actuación del socorrista puede evitar que la defunción ocurra.
Los resultados de las entrevistas a docentes, directivos de educación, funcionarios del SIUM, promoción y educación para la salud, Cruz Roja Cubana y Organización de Pioneros “José Martí”, mostraron la unanimidad de criterios al considerar necesario y posible que los alumnos conozcan qué hacer en situaciones de emergencia, partiendo del criterio de que la vía idónea para ello es la escuela. Existió acuerdo al plantear la inexistencia de documentación actualizada al alcance de los docentes y los escolares en esta temática, así como la repercusión social y económica que trae aparejado la capacitación masiva de los trabajadores de educación y de los alumnos de ambos niveles de educación.
En el estudio realizado en centros educacionales de la provincia de Guantánamo, se encontró que la totalidad de los escolares desea tener conocimientos de socorrismo para aplicarlos en caso de emergencia. Al evaluar el grado de conocimiento de los escolares de cuarto grado, en todas las situaciones planteadas, predominaron los que consideraban que no sabían qué conducta asumir. Igual comportamiento ocurrió en quinto grado, aunque mejoró el porcentaje de las respuestas catalogadas como regular en relación con el control del sangramiento (23,5 %), mordeduras (18,4 %) y picadas (15,8 %), lo que se atribuyó a la influencia de la organización de pioneros que aborda estos temas.
En sexto grado, excepto en la conducta para controlar la hemorragia (42,8 %), la mayoría ignoraba qué hacer ante las situaciones de emergencia planteadas. Ninguna de las respuestas de los alumnos que consideraron tener conocimiento sobre las condiciones planteadas, fue evaluada de Bien.
Es llamativo que sólo el 0,7; 1,2 y 2,5 % de los escolares de sexto grado pudo responder algún elemento considerado como aceptado sobre el manejo del trauma de columna vertebral, la reanimación cardiopulmonar y las prioridades de atención y traslado que permitió incluirlo dentro de la categoría Regular. El resto de la muestra (99,3; 98,8, 97,5 %, respectivamente) no tenía conocimientos mínimos en relación con estas emergencias.
Los resultados en séptimo grado, reafirmaron que existe un gran desconocimiento en relación con los primeros auxilios. “Se mantiene el control de la hemorragia” como la única situación en la que no predominó los que desconocían qué hacer. No existieron diferencias respecto al octavo grado, tanto en la autovaloración del desconocimiento para actuar ante las situaciones planteadas, como en cuanto a los resultados obtenidos en las preguntas de prioridades de atención y traslado (1,6 %) y trauma raquimedular (1,6 %).
Situación similar se encontró al evaluar el grado de conocimiento sobre el tema en cuestión en los alumnos de noveno grado, aunque los resultados cuantitativos fueron ligeramente mayores. En dos de las situaciones planteadas existieron alumnos con respuestas catalogadas de Bien, 2(0,5 %) en lo relacionado con reanimación cardiopulmonar y 5 (1,3 %) en el traslado de pacientes con trauma en la columna vertebral lo cual se debió a que pertenecían a círculos de interés afines.
Los escolares de todos los grados desconocían cómo realizar la evaluación inicial del lesionado y qué conducta asumir ante un paciente en shock o una persona inconsciente.
Al evaluar el grado de conocimiento de los docentes, excepto en la conducta a seguir ante el sangramiento (20 %), las prioridades de atención y traslado (47,5 %) y el desmayo (46,2 %), la mayoría de los encuestados reconocieron no tener conocimientos sobre los aspectos que se les interrogaron. No obstante, es importante señalar que entre los que consideraban tener conocimientos sobre el tema en cuestión predominaron las respuestas evaluadas de Regular y Mal.
Con este nivel de conocimiento de los docentes no puede la escuela transmir los elementos de primeros auxilios necesarios y suficientes para que los alumnos actúen en caso de emergencia. Se hace necesaria su superación, valorando además, que el 100 % de ellos considera necesario que los alumnos aprendan qué hacer para auxiliar a una persona que tiene en peligro su vida.

El programa se estructuró de modo que al concluir la Educación Primaria, los alumnos han recibido los temas necesarios para asumir conductas adecuadas ante las principales causas de mortalidad extrahospitalaria, aspectos que serán sistematizados, profundizados e integrados en la Secundaria.

NIVEL DE CONOCIMIENTOS EN PRIMEROS AUXILIOS DE LOS MAESTROS DE COLEGIOS PÚBLICOS DE EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA DE TOLEDO

Laura Moraleda Torres. Enfermera del Servicio de Salud de Castilla La Mancha.



PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Al momento de producirse un accidente, la atención que se brinde tanto en el lugar donde ocurra como en el traslado a los servicios de urgencias debe ser oportuna y eficiente, ya que ésta permite disminuir los daños en salud, las complicaciones por invalidez así como los costes de operación e incluso la muerte.
 En los espacios educativos estas acciones recaen en los docentes, por lo que este campo de conocimiento reclama una mayor atención para que sea fomentado dentro del ámbito escolar. En este sentido diversos autores muestran que éstos deben tener un conocimiento mínimo sobre cómo actuar en un caso de emergencia.
Saber lo que no se debe hacer es tan importante como qué se debe hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.
Analizando los planes de estudio cursados por los profesores en nuestro país, apreciamos que carecen de una carga docente adecuada en primeros auxilios, incluso en algunos de ellos no existe una asignatura específica en su plan de estudios o, en otras facultades, sólo se imparte como materia optativa o de libre configuración.
Ello nos lleva a cuestionarnos si la formación de los docentes es adecuada en estos contenidos o si han realizado alguna formación específica de la temática extracurricular, pues no la han recibido en su formación básica.
Es por ello por lo que nos planteamos la siguiente pregunta de investigación: ¿disponen los maestros de educación infantil y primaria de los colegios públicos de Toledo de los conocimientos sanitarios necesarios para atender las distintas situaciones de urgencia que pueden producirse durante el desarrollo de su trabajo?
La solución inmediata ante un accidente son los primeros auxilios, los cuales suponen las primeras medidas que se ejecutan ante un accidente con ánimo de restaurar el suceso. Así, en términos generales podemos definir primeros auxilios como el conjunto de medidas básicas prestadas a los accidentados y que, aplicadas con criterio, tienen como objetivo modificar la situación inicial de lesión de una víctima hasta que intervenga el personal sanitario. Si bien es cierto que la mayor proporción de accidentes en los niños sucede en el hogar, otro espacio de relevancia es el centro escolar, donde día a día estos accidentes presentan una elevada incidencia: una de cada cuatro lesiones se produce en la escuela.


INSTRUMENTOS Y METODOLOGÍA
· Tipo de estudio: estudio descriptivo de corte transversal.
· Población y muestra: la población objeto de estudio comprende al colectivo de maestros de los 14 colegios públicos de educación infantil y primaria de la ciudad de Toledo (N = 350 según Diario Oficial de Castilla La Mancha13 ).
Para asegurar un sistema de selección aleatoria, se empleó un muestreo probabilístico estratificado. Partiendo de una hipótesis unilateral, asumimos un nivel de confianza del 95%, un margen de error alfa de 0.05, un nivel de heterogeneidad del 50% y una proporción esperada de pérdidas del 15%. Con todo ello el tamaño muestral calculado por el programa informático Stata 7 concluyó un número necesario a tratar de 184 sujetos (n = 184).
Entre los criterios de inclusión se encontraba: maestros de ambos sexos, con edades comprendidas entre 18-65 años de edad y que trabajasen en alguno de los colegios participantes en el estudio en la categoría de profesores titulares del centro educativo, interinos o profesores contratados para sustituciones (quedando excluidos profesores en prácticas).
 · Variables de estudio: consideramos variable dependiente el grado de conocimientos en primeros auxilios que tienen los maestros de educación infantil y primaria de los Colegios Públicos de Toledo. En cuanto a variables independientes se encuentran: edad, sexo, años de experiencia profesional, especialidad docente, formación académica, centro escolar en el que trabajan, fecha del último curso realizado en primeros auxilios y grado de importancia de la materia para el docente.
· Sistema de medición: para medir las variables de estudio se utilizó el cuestionario-test ad hoc de tipo semi-estandarizado de Abraldes y Ortín14 (Anexo 1). Se trata de un cuestionario validado al español formado por 6 preguntas abiertas y cerradas que hacen referencia a las variables independientes del estudio; y por 29 preguntas cerradas referidas a los conocimientos en primeros auxilios de los maestros. Para cada una de estas 29 preguntas existen cuatro opciones de respuesta pudiendo ser ésta óptima (la mejor actuación a realizar, 2 puntos), correcta (es beneficiosa pero no es tan perfecta como la óptima, 1 punto), neutra (no aporta beneficio ni perjuicio para la víctima, 0 puntos) y negativa (agrava o empeora el estado de la víctima, -1 punto).
La totalidad de las preguntas se engloban en cuatro bloques diferentes: especialidad docente, formación académica, centro escolar en el que trabajan, fecha del último curso realizado en primeros auxilios y grado de importancia de la materia para el docente.
1) RCP Básica, 2) Traumatismos y contusiones 3) Heridas y hemorragias y 4) Otras actuaciones en primeros auxilios. A efectos de este estudio y siguiendo la bibliografía consultada10,14 , en cada una de las preguntas se indicaba el grado de confianza que el docente tenía a la hora de responder la pregunta. Para ello se utilizó la escala de Borg15 , que va de 1 a 4 (siendo el valor 1 de muy poca confianza en la respuesta y el valor 4 la confianza total). Se recodificó también la puntuación en el cuestionario en una variable cualitativa según el valor obtenido (Figura 1) estableciendo así cinco categorías de conocimiento en primeros auxilios: conocimientos preocupantes (entre 0 y 3.5 puntos), malos (3.51 – 5), conocimientos regulares (5.1 – 7), conocimientos aceptables (7.1 – 9) y conocimientos óptimos (> 9.1)

· Recogida de datos: Se envió un email a la dirección electrónica de cada uno de los 14 centros solicitando su participación en el estudio. Una vez aceptada, en cada uno de los colegios se contó con un profesional de referencia (director del centro), encargado de enviar el cuestionario junto con el consentimiento informado a cada docente adscrito al centro por medio de correo electrónico. Posteriormente, cada participante devolvía la documentación cumplimentada a su profesional de referencia quien, a su vez, nos facilitaba la misma vía email. El periodo en el que se llevó a cabo la recolección fue el primer trimestre de 2013 (Ver cronograma en Anexo 2).
· Análisis de los datos: Se realizó un primer análisis descriptivo de las variables sociodemográficas y laborales. Los resultados de las variables cuantitativas fueron expresadas con la media, la desviación estándar y mediana; y las variables cualitativas con frecuencia y proporción. Para el contraste de hipótesis se realizaron distintas pruebas estadísticas según condiciones de aplicación (prueba T de Student, Anova y Correlaciones de Pearson y Spearman) considerando la significación estadística cuando p < 0.05 para obtener un intervalo de confianza del 95%. Se utilizó para todo ello el paquete estadístico SPSS versión 20.0 para Windows.
 · Consideraciones éticas: Con el objetivo de preservar los principios éticos de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia se plantearon las siguientes estrategias de campo: Se solicitaron los permisos oportunos para realizar el presente trabajo, consiguiendo el dictamen favorable por parte de cada centro así como del Comité ético. A cada participante se le entregó el consentimiento informado (Anexo 3), el cual incorporaba información acerca de la naturaleza del estudio, la libre participación en el mismo y la posibilidad de su revocación en cualquier momento. Se garantizó a los participantes que la información sería confidencial y nunca utilizada en su contra. No obstante, en la presente investigación no se recogieron datos de carácter personal puesto que los datos de filiación se trataron, según lo dispuesto en la Ley 14/2007, de 3 de Julio, de Investigación biomédica, como datos anónimos o irreversiblemente disociados.



RESULTADOS
En el estudio participaron un total de 186 sujetos, lo que representa el 53% de la población, en su mayoría del sexo femenino (76.5% frente a 23.5% del sexo masculino) y con una edad media de 35.18 ± 6.78 años. Respecto a la formación académica, la mayoría eran diplomados y maestros especialistas (70.6%), mientras que solo un 29.4% de los participantes poseían títulos superiores de licenciatura, máster y/o doctorado. El nivel de conocimientos en primeros auxilios no presenta valores en la categoría de conocimientos óptimos ni en la de conocimientos preocupantes; los datos mayoritarios pertenecen a la categoría de conocimientos regulares (82.4%), mientras que solamente un 11.7% se encuentran dentro del nivel aceptable (Figura 2).

En relación a los bloques de contenidos estudiados, los maestros tienen el mejor nivel de conocimientos en traumatismos y contusiones, encontrando diferencias significativas con respecto a los otros bloques. Le sigue el bloque de heridas y hemorragias con 58.8% en un nivel aceptable. En tercer lugar se encuentra el bloque de RCP Básica con un 76.5% nivel de conocimientos regulares y, en última posición, el cuarto bloque acerca de otras actuaciones en primeros auxilios con un 52.9% de sujetos con niveles de conocimientos malos.
Observando los datos obtenidos en función del sexo, podemos apreciar como los hombres presentan un nivel mayor de conocimientos frente al grupo femenino, encontrándose diferencias significativas (p = 0.029). Sin embargo, atendiendo a la especialidad docente y años de experiencia previa, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p= 0.295 y 0.284, respectivamente).
Analizando los resultados teniendo en cuenta el grado de confianza del docente en la respuesta, se observa que la mayoría de ellas fueron contestadas con poca seguridad (82.4%) y solo un 17.6% se encontraban bastantes seguros de la respuesta seleccionada.
Por otro lado, abordando la formación en primeros auxilios, se obtuvo que solo un 41.2% había realizado algún curso específico en dicha temática frente a un 58.8% que no habían realizado formación específica alguna. Sin embargo, el interés que mostraban por la materia era mayoritariamente bueno/muy bueno (88.2%), al igual que la importancia que otorgaban a la materia para su trabajo (94.1%).
En relación a ello, se analizó si las personas que habían sido formadas en primeros auxilios poseían un nivel superior de conocimientos respecto a las que no. Se calculó para ello la prueba paramétrica Chi-cuadrado, encontrándose diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (p = 0.04).
En base a todo lo expuesto, planteamos la firme necesidad de apoyar los resultados obtenidos en la taxonomía de diagnósticos de enfermería NANDA16 , con el fin de promover el lenguaje de la disciplina de enfermería, proporcionando así un soporte completo para consolidar los conocimientos obtenidos.

Diagnóstico de enfermería: Conocimientos deficientes (00126).
Dominio 5: Percepción/cognición.       Clase 4: Cognición.
Definición: carencia o deficiencia de información relacionada con un tema específico.

Características definitorias: verbalización del déficit de conocimientos o de habilidades.

Clasificación de los resultados de enfermería (NOC): - Conocimiento: conducta sanitaria (1805). - Conocimientos: recursos sanitarios (1806).

Clasificación de las intervenciones de enfermería (NIC): - Educación sanitaria (5510). - Facilitar el aprendizaje (5520) - Enseñanza grupal (5604).

Si consideramos que el 64.7% de los docentes participantes en este estudio han presenciado algún accidente escolar durante su experiencia profesional y que en el 81.8% de estos casos es el maestro el que resolvió en primera instancia las consecuencias del mismo o el que toma la decisión de dónde acudir o a quién recurrir ante un problema de esta naturaleza, nos queda claro que éste debería tener una concepción amplia de lo que significan los accidentes como problema de salud pública, de cómo prevenirlos y cómo ofrecer un primer auxilio cuando éstos ocurren.
Así surge la necesidad de brindar una preparación y capacitación continua para que los maestros actúen con mejores herramientas teórico prácticas y al mismo tiempo puedan implementar medidas de protección a la comunidad escolar. Con los datos obtenidos en el estudio se pretende dar pie a una difusión enérgica de los primeros auxilios en los propios centros de formación de profesorado, para sensibilizar a los docentes antes del comienzo de su ejercicio laboral. Es aquí donde el papel del enfermero/a escolar resulta especialmente relevante desde un abordaje educador de los maestros, pero también de los propios niños y padres.
Por otra parte, es indispensable tener los recursos necesarios y adecuados en las escuelas para que el maestro pueda tomar las decisiones más acertadas y actuar con mayor responsabilidad y seguridad en beneficio de la comunidad escolar. Lo anterior requiere un gran esfuerzo para que la cultura de la prevención y el autocuidado en relación con los accidentes se mantenga viva en la comunidad escolar, teniendo en cuenta una mentalidad preventiva frente a los accidentes en virtud de que éstos han alcanzado el primer lugar como causa de morbilidad y mortalidad en los preescolares y escolares.
Con vistas a la obtención de resultados más sistemáticos y profundos, la investigación desarrollada debería mejorarse en algunos aspectos y ampliarse abarcando otros elementos. Así, como limitaciones del estudio podemos contemplar la limitación muestral, ya que aunque se entregó a todos los sujetos posibles y el nivel de colaboración ha resultado ser elevado (53%), sería conveniente realizar este estudio en otros centros educativos con el fin de conocer lo que sucede a otros niveles (colegios públicos y privados de otras regiones) en materia de prevención y seguridad de los primeros auxilios, así como relacionarlo con el número de accidentes que ocurren en el propio centro.
Con todo ello, finalmente concluimos: 1) Los conocimientos que presentan los maestros de los colegios públicos de Educación Infantil y Primaria de Toledo son regulares, existiendo una tendencia a poseer conocimientos más altos para aquellos docentes que han realizado algún curso de formación. 2) En relación a los bloques de contenidos estudiados, los docentes tienen mayor nivel de conocimientos en traumatismos y contusiones con respecto a las otras temáticas evaluadas. 3) Los resultados del estudio nos muestran que los maestros no están totalmente seguros de sus respuestas, por lo que sus intervenciones pueden estar condicionadas por el azar o la propia situación del accidente. 4) Dada la actitud positiva de los docentes ante la materia y el alto nivel de importancia que le dan a los primeros auxilios en su trabajo, se proponen cursos de formación teórico-prácticos que posibiliten una intervención eficaz ante un nuevo suceso de accidente escolar.